El metaloma se define como la distribución de especies metálicas en un sistema. Su estudio requiere no sólo de técnicas determinativas sensibles, sino también de técnicas separativas de elevada resolución, como la cromatografía líquida. Acorde a la naturaleza química de estas especies, se emplean distintos modos cromatográficos para su separación, ya se trate de metales covalentemente unidos, complejos iónicos, o incluso proteínas.